El miércoles 17 de abril se realizó la inauguración del Año Académico 2024 del Centro de Formación Técnica ENAC (Escuela Nacional de Capacitación). Actividad que en esta ocasión adoptó la modalidad de un conversatorio entre especialistas en torno a la temática de la formación integral y los elementos contextuales que hoy la desafían. El investigador del Departamento de Ética Aplicada, doctor Jorge Baeza Correa, fue uno de los invitados a este espacio de diálogo y reflexión, que contó con la presencia de la investigadora sobre formación técnica profesional, Dra. María José Valdebenito de la Universidad Alberto Hurtado, el fundador y CEO de la empresa Fracción, Sr. Javier Vega y el Vicerrector del CFT ENAC Jorge Espinoza.
El diálogo entre los invitados giro en torno a preguntas tales como: ¿Qué entiende Ud. por Formación Integral? ¿Qué aspectos de la sociedad o del contexto actual desafían la Formación Integral? ¿Qué elementos debería considerar la Formación Integral para ser un aporte a las trayectorias formativo – laborales de estudiantes? ¿Qué rol tienen las Instituciones de Educación Superior, sobre todo las Técnico Profesional, respecto al desarrollo integral de las personas? ¿Qué valor le da el ámbito laboral a la formación integral de las personas?
El encuentro, luego de una ronda de respuestas a las interrogantes anteriores por parte de los invitados, dio paso a una activa conversación con el público, conformado por estudiantes, profesores y directivos de la institución. ENAC es un Centro de Formación Técnica con 62 años de vida, creado bajo el alero de Caritas – Chile, que cuenta con 8.700 estudiantes y una acreditación de 6 años, que lo ubica en el nivel de excelencia en los criterios de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA).
El doctor Baeza, en parte de su intervención indicó que, si bien los estudiantes ingresan a un CFT buscando una formación muy específica y posible de obtener en un breve tiempo, la tarea de una formación integral es asegurar que ello lo logren con calidad; pero, no como objetivo último, sino como punto de inicio (como piso y no techo). La capacidad para el desarrollo autónomo, el aprender a gestionarse a sí mismo en la sociedad de la incertidumbre en que hoy vivimos y donde el educarse es una exigencia a lo largo de la vida, requiere que los Centros Formativos instalen semillas de interés para avanzar en el camino del desarrollo de toda la persona y de todas las personas, donde la formación recibida sea un medio para el propio crecimiento y un instrumento para el servicio a los demás.