La religiosidad en América Latina y en Chile es una realidad dinámica cuya interpretación exige categorías propias, enraizadas en nuestras propias tradiciones históricas, artísticas y culturales. No admite ser comprendida como una realidad homogénea, pues la presencia de otras grandes religiones mundiales en nuestro continente es clara expresión del pluralismo religioso epocal, cuyo estudio representa un aporte del ámbito académico a la sociedad en general. Esta tarea interpretativa implica el cultivo de una teología de las tradiciones religiosas en su originalidad que contribuye a una visión del mundo más humana y promueve la convivencia en la diversidad y la paz social, como sostiene Fratelli tutti.

La Araucanía es la región de Chile que más alta tasa de protestantismo exhibe en el país, lo cual impone el desafío de promover las relaciones dialógicas intra-cristianas en búsqueda del deseo cristiano de unidad que ha promovido el magisterio católico con fuerza desde Unitatis redintegratio en adelante. Al contexto plurirreligioso se añade un contexto social pluricultural que demanda un quehacer teológico que promueva la amistad social más allá de las diferencias. Asimismo, es tarea de la Facultad enfrentar teológicamente, especialmente en los y las jóvenes, las profundas mutaciones en la expresión de las espiritualidades y los procesos de desinstitucionalización de la experiencia religiosa y de privatización de la fe característicos del presente.
También compete a la filosofía y a la ética aplicada, en el contexto de una sociedad pluralista y multicultural, contribuir a desarrollar un diálogo orientado a la búsqueda de acciones comunicativas que susciten un logro responsable de consensos y se abra hacia el encuentro de la propia región, extendiéndose también interregional e internacionalmente.